A estas alturas es un poco absurdo comentar Eurovision. Pero mira.
¿Qué me gustó de la Gala?. Uhm. Se me hizo un poco pesada a ratos, y de hecho me dormí con Portugal, un pais que llevó a una ciega (ni idea) y, si, con Rusia. Qué coñazo de canción la rusa, con ese violinista exaltado, el patinador (fastuoso) y ese estilismo de mafioso de la costa del sol. Qué arte, Rusia.
Me encantó Francia, eso si, el realizador debería haber ido menos borracho y haber enfocado más a Sebastién y menos a sus pies. Genial el coro barbudo. También gustó mucho en casa Bosnia (claro, es que parecían de un cuento), Ucrania, Finlandia (si, si, como se oye), Noruega y Turquia.
Las votaciones fueron super largas, y era o hacer apuestas o dormirte como con la walquiria portuguesa (por cierto, salió una entrevista de un supuesto eurofan diciendo que toda España había dado de lado al Chikilicuatre y ahora era fan de Portugal. Mira, bonito, pues no.). Me pareció mal que Ainhoa Arbizu saliera tan poco en pantalla, qué seca la pobre.
Y nada, hasta el año que viene. Nos vemos en Moscú y, espero, con Beatriz Pecker, porque...
